En el mes de agosto de 2012 saltó a los medios de comunicación una noticia de impacto: Mercadona procedía a retirar del mercado (para su reformulación) 11 productos cosméticos de las marcas propias Deliplus y Solcare. ¿El motivo? La presencia de dos ingredientes: Triethanolamine y 2-Bromo-2-nitropropane-1,3-diol (Bronopol), cuya combinación se encuentra prohibida y puede dar lugar a la formación de nitrosaminas (sustancias inductoras de tumores cancerígenos). En las noticias publicadas en la gran mayoría de los medios de comunicación, se nos dijo que la decisión había sido tomada voluntariamente por Mercadona y que en ningún momento se había puesto en peligro la salud de los consumidores ya que, pese a lo definido en la normativa, no se habían detectado nitrosaminas en el producto y la normativa era discutible. Lo cierto es que fue la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) quién, en el transcurso de la investigación sobre una de las cremas de la marca Deliplus, requirió al laboratorio fabricante de las mismas (RNB Laboratorio Cosmético) la toma de medidas oportunas. Y la ausencia de nitrosaminas no fue determinada por análisis propios de la AEMPS, sino por los documentos técnicos aportados por el laboratorio fabricante…

En el artículo que publicamos el pasado 1 de marzo sobre los sulfatos, comentábamos cómo uno de los peligros del Sodium Laureth Sulfate es que su fabricación se lleva a cabo mediante un proceso de etoxilación que genera un subproducto (1,4-dioxane) considerado cancerígeno. Pese a estar demostrada su presencia en el producto final, no consta en el listado de ingredientes por ser considerado un subproducto residual. En 2010, Procter and Gamble se vio forzada a reformular los champús Herbal Essences para rebajar la presencia de 1,4-dioxane, después de que el Green Patriot Working Group (Estados Unidos) amenazara con acciones legales tras testar sus productos en un laboratorio.

Johnson & Johnson anunció en el 2012 que eliminaría, en el plazo de un año, dos sustancias toxicas de sus productos para niños: el formaldehído y el dioxano. Curiosamente, ninguna de las dos sustancias constaba en el listado de ingredientes. El formaldehído, clasificado por el Gobierno de Estados Unidos como carcinógeno, es liberado por conservantes comúnmente usados como quaternium-15 y DMDM hydantoin.

Valgan los tres ejemplos anteriores (las nitrosaminas, el 1,4-dioxane y el formaldehído) para ilustrar un problema: no todas las sustancias presentes en un cosmético se encuentran listadas en los ingredientes. Si en nuestro anterior texto sobre etiquetas nos centrábamos en la normativa INCI, en éste hemos querido ir un poco más allá y mostrar algunas lagunas del etiquetado.

Un ingrediente curioso es el perfume. El fabricante de un cosmético no está obligado a desglosar las sustancias que lo componen. Así que solo veremos un Parfum, en el listado. Eso sí, existe una lista de 26 sustancias alergizantes cuya presencia en el perfume, en una concentración superior al 0,001% en cosméticos y al 0.01% en jabones (pasan menos tiempo sobre la piel), es obligatorio declarar en la etiqueta. Estas sustancias, que suelen aparecer hacia el final del INCI por su baja concentración, son las siguientes:

  • Amyl cinnamal.
  • Benzyl alcohol.
  • Cinnamyl alcohol.
  • Citral.
  • Eugenol.
  • Hydroxy-citronellal.
  • Isoeugenol.
  • Amylcin-namyl alcohol.
  • Benzyl salicylate.
  • Cinnamal.
  • Coumarin.
  • Geraniol.
  • Hydroxy-methylpentylcyclohexenecarboxaldehyd.
  • Anisyl alcohol.
  • Benzyl cinnamate.
  • Farnesol.
  • 2-(4-tert-Butylbenzyl) propionald-hyd o lilial o butyl phenyl methylpropional.
  • Linalool.
  • Benzyl benzoate.
  • Citronellol.
  • Hexyl cinnam-aldehyd.
  • d-Limonene.
  • Methyl heptin carbonate.
  • 3-Methyl-4-(2,6,6-tri-methyl-2-cyclohexen-1-yl)-3-buten-2-one.
  • Oak moss and treemoss extract.
  • Treemoss extract.

Por último, otros datos relevantes que nos puede aportar una etiqueta son si el cosmético ha sido testado en animales, tiene alguna certificación del origen sostenible o ecológico de sus ingredientes, y la fecha de caducidad o Periodo Después de Abierto (PAO). Hablaremos de estos tres temas próximamente, aquí, en Plántate en la ducha. Si tienes más dudas sobre las etiquetas u otros temas que te gustaría que tratásemos, no dudes en dejarnos tus comentarios.