Si leer los ingredientes de algunos alimentos es un reto (especialmente cuando te encuentras con algo parecido a «E-402»), no digamos ya con los cosméticos. No solo es que no sepamos qué son la gran mayoría de los componentes de la fórmula de un cosmético, sino que (para más inri) éstos ni siquiera aparecen en nuestro idioma: hay que leerlos en inglés y en latín.

De la importancia de fijarnos en lo que contiene un producto, que vamos a aplicar en nuestro cuerpo y que, en su fabricación y en los desechos generados tras su uso, también va afectar al medioambiente, ya hablamos en el texto “fundacional” de esta web: ¿Es la cosmética un asunto cosmético?. Te invitamos a su (re) lectura.

En los años 80, en Estados Unidos, la Cosmetic Toiletry and Fragance Association creó unas reglas para una denominación unificada de los ingredientes cosméticos, el INCI, que la Unión Europea adoptó en 1998. La nomenclatura INCI (International Nomenclature Cosmetic Ingredient) rige como norma para el etiquetado de la fórmula de los cosméticos en la gran mayoría de países. Obliga a colocar la lista de ingredientes en orden decreciente según su presencia en el producto y, por lo general, los nombres de los ingredientes naturales se escriben en latín, mientras que los ingredientes sintéticos se escriben en inglés. Puedes acceder al listado INCI aprobado por la Comisión Europea, y ver la traducción al castellano de los ingredientes y su función, aquí. Por lo tanto, el primer aspecto que podemos desentrañar al coger un champú, crema, jabón, pasta de dientes, maquillaje, etc., es que el listado de ingredientes no tiene un orden azaroso, sino que el primer ingrediente que aparece es que el que está presente en mayor cantidad y así sucesivamente para el resto de ingredientes. Esto es importante ya que nos da una mayor información sobre lo que estamos comprando y, aunque no sea obligatorio especificar el porcentaje de presencia de cada ingrediente (prácticamente ninguna marca lo hace porque sería revelar el secreto comercial de sus fórmulas), nos puede dar una idea del grado de su presencia en el conjunto de la fórmula. Es de cierta relevancia si, por ejemplo, tienes la piel sensible/seca, y quieres evitar productos con alcohol: si el ‘Alcohol denat’ aparece entre los primeros ingredientes, seguramente no deberías usar ese producto; si aparece entre los últimos (siempre que no sea un producto formulado con muy pocos ingredientes) es probable que se halle en un tanto por ciento bajísimo que haga su uso seguro. También podemos deducir cuánto hay de marketing en los reclamos publicitarios de algunos productos. Encontrarnos un gel de ducha «de aloe vera» en el que el ingrediente ‘Aloe barbadensis’ aparezca de la mitad de la formula hacia abajo, nos puede indicar que quizás se encuentre en una concentración menor al 5%. Si compramos cosmética ecológica, cuantos más ingredientes en latín nos encontremos, y mejor ubicados estén al principio de la lista de ingredientes, más porcentaje de extractos vegetales y menos ingredientes de síntesis tendrá ese producto.

No es lo que no lleva, es lo que lleva

Sabiendo lo que es el INCI, podemos entender mejor porqué una gran mayoría de las marcas no lo incluyen en su publicidad, sus páginas web o sus tiendas online. Debería ser al revés, ¿no? Resulta lógico plantear que una información esencial antes de comprar un producto que se va a «comer» nuestra piel, es saber lo que lleva. Pero no, las marcas de cosmética, con honrosas excepciones, tienden a ocultar/esconder lo más posible esta información. Algunas llevan a la literalidad esa ocultación, colocando debajo de una pegatina, que ha ser desplegada, el listado de ingredientes. Y es que la verdadera prueba de fuego de un cosmético, frente a lo que pueda publicitar, es su INCI. En los últimos tiempos, debido a la masificación de una conciencia crítica sobre ciertos ingredientes, las marcas de cosmética han desarrollado estrategias de marketing que tratan de destacar la ausencia en el producto de algún ingrediente discutido, eclipsando el resto de tóxicos que, en realidad, puede continuar llevando. Son muchas las marcas que, por ejemplo, destacan la ausencia de parabenes en sus productos, mientras éstos continúan llevando sulfatos, parafinas, petróleo, triclosán, propylene glycol, phenoxyethanol, etc. Las marcas griegas Korres y Apivita, se han especializado en incluir en la etiqueta listados de lo que no lleva el producto, casi más extensos que su INCI. Hay marcas que no mienten, pero facilitan la auto-inducción al error. Sea intencionado o no, me llama la atención lo que hace Sanex con sus desodorantes. Conozco a personas que los compran porque quieren evitar (con muy buen criterio) aplicar en sus axilas un producto con aluminio. En realidad, solo hay que leer bien: el desodorante Sanex Naturprotect, en su etiqueta frontal, destaca un «0% Aluminium Chlorohydrate«. Es decir, nuestro cerebro puede convencerse de que no lleva aluminio, pero ellos especifican qué tipo de aluminio no lleva. Con tan “mala suerte”, por cierto, que en el maquetado de su etiqueta frontal (tanto del envase en spray como del roll-on), el ‘Aluminium’ queda en una fila y el ‘Chlorohydrate’ debajo en la siguiente. Así, si no te fijas en la coma que falta, «accidentalmente» puedes quedarte con el aluminio a secas. Sin embargo, al acudir al INCI de Sanex Naturprotect, verás que lleva ‘Potassium Alum’, el supuesto «mineral natural de alumbre (que no piedra)», que se trata de una sal con aluminio y potasio, también llamada potassium aluminum sulfate.

El paso siguiente sería ir conociendo qué es realmente cada uno de esos ingredientes que aparecen listados en el INCI y su idoneidad o no en términos de salud. En Plántate en la ducha, hemos comenzado con los sulfatos e iremos analizando más ingredientes en futuras entradas. Mientras tanto, puedes usar alguna de estas apps para consultar desde el móvil, en cualquier momento, que son y cuán inocuos o no, los ingredientes que encuentres en un cosmético: Skin Deep, Think Dirty, GoodGuide y Cosmetifique.

Previamente, desde casa, puedes consultar las formulas (con evaluaciones de seguridad) de miles de productos y de marcas desde las siguientes webs: EWG Skin Deep, Cosmetic Ingredients y CosDNA.